Petit hommage a Antonio Cisneros (1942-2012)
Dos años sin el Cisne. Dos años sin Cisneros
Un 06 de octubre. Hace dos años Toño. Y no hubo más milagros. Hace dos años no caminas, no ríes, no hablas entre nosotros. Pero estás. Y tu voz se siente tan fuerte y clara que todavía raspa nuestros oídos, los aturde aunque los orienta. Tu risa aún nos sobrecoge y tu silencio, al que nunca nos acostumbraste, aún nos duele. Estás en cada letra, en cada palabra como el huracán que eras al entrar a los recitales, o a los bares, daba lo mismo. Todos esos sitios en los que impregnaste algo de ti para siempre, para el mundo y las esquinas de Lima, para quienes te queremos y hasta para quienes te odiaron, si es que estos últimos existieron. Todavía tu voz aguardentosa se oye para recordarnos lo que otro grande, César Moro, "predijo": "(...) ANTONIO puede destruir el mundo en un instante / ANTONIO hace caer la lluvia / ANTONIO puede hacer oscuro el día o luminosa la noche / ANTONIO es el origen de la Vía Láctea (...) / ANTONIO puede crear continentes si escupe sobre el mar / ANTONIO hace dormir el mundo cuando cierra los ojos / ANTONIO es una montaña transparente / ANTONIO es la caída de las hojas y el nacimiento del día / ANTONIO es el nombre escrito con letras de fuego sobre todos los planetas / ANTONIO es el Diluvio / ANTONIO es la época Megalítica del Mundo / ANTONIO es el fuego interno de la Tierra (...)". Todo ello y mucho más, Toño.
¿Solo los poetas recuerdan a los poetas? Por supuesto que no. Te recordamos todos los que te leímos, escuchamos y te vimos caminar entre nosotros. Tus versos ahora están integrados en nuestra sangre, fluyen, nos increpan. Y el oso hormiguero deambula entre las calles de Miraflores y en cada página tuya. Si cerramos los ojos, lo podemos ver. Fuiste uno y compartiste con tus "sobrinos". Y, cuando nos reunimos, todavía nos hablas en broma, nos cochineas en serio y nos dices: "¡Salud sobrino!". ¡Salud Toño! Salud por ti y por tu poesía.
Domingo en Santa Cristina de Budapest y frutería al lado
Llueve entre los duraznos y las peras,
las cáscaras brillantes bajo el río
como cascos romanos en sus jabas.
Llueve entre el ronquido de todas las resacas
y las grúas de hierro. El sacerdote
lleva el verde de Adviento y un micrófono.
Ignoro su lenguaje como ignoro
el siglo en que fundaron este templo.
Pero sé que el Señor está en su boca:
para mí las vihuelas, el más gordo becerro,
la túnica más rica, las sandalias,
porque estuve perdido
más que un grano de arena en Punta Negra,
más que el agua de lluvia entre las aguas
del Danubio revuelto.
Porque fui muerto y soy resucitado.
Llueve entre los duraznos y las peras,
frutas de estación cuyos nombres ignoro, pero sé
de su gusto y su aroma, su color
que cambia con los tiempos.
Ignoro las costumbres y el rostro del frutero
—su nombre es un cartel—
pero sé que estas fiestas y la cebada res
lo esperan al final del laberinto
como a todas las aves
cansadas de remar contra los vientos.
Porque fui muerto y soy resucitado,
Loado sea el nombre del Señor,
Sea el nombre que sea bajo esta lluvia buena.
La araña cuelga demasiado lejos de la tierra...
La araña cuelga demasiado lejos de la tierra,
tiene ocho patas peludas y rápidas como las mías
y tiene mal humor y puede ser grosera como yo
y tiene un sexo y una hembra -o macho, es difícil
saberlo en las arañas- y dos o tres amigos,
desde hace algunos años
almuerza todo lo que se enreda en su tela
y su apetito es casi como el mío, aunque yo pelo
los animales antes de morderlos y soy desordenado,
la araña cuelga demasiado lejos de la tierra
y ha de morir en su redonda casa de saliva,
y yo cuelgo demasiado lejos de la tierra
pero eso me preocupa: quisiera caminar alegremente
unos cuantos kilómetros sobre los gordos pastos
antes de que me entierren,
y ésa será mi habilidad.
La casa de punta negra
(ese imperio)
Primero
se marcaron las fronteras
con estacas y cal,
y las antiguas tribus
que habitaban los campos
-culebras, lagartijas-
fueron muertas
sobre la tierra plana;
sólo manchas de sal
y restos de gaviotas
como toda heredad,
y en los últimos días
del verano
llegaron los camiones
con ladrillos
y arena de agua dulce:
así vi edificarse
ante mis ojos
Tebas,
Jerusalem,
Nínive,
Roma,
Atenas,
Babilonia,
y apenas la casa
fue techada
hubimos grande fiesta
el maestro albañil
hizo una cruz de palo
y amarré
geranios,
mimosas
lluvia de oro,
hubimos también
panes con carne asada
y yerbas
y cebollas
-un bosque de botellas
de cerveza-
y el mar era una loma
de algas muertas
mezcladas con la niebla:
los pelícanos viejos
celebraron mi canto
antes de alimentar
a las arañas,
a los cangrejos peludos
de las rocas.
La casa fue clavada
con la cara al Oeste,
a más de 80 metros
de las aguas
en arenas seguras
-y ese sol-
tras los muros del Este
los camiones
y los autos veloces
ardían en la brea
como torres de paja,
y al fondo
inacabables
las colinas de arcilla,
el aire rojo,
los perros salvajes,
y fue todo,
y ese mar
ya no puede lavarnos
otra vez
-aunque brillé
en los 7 veranos-
(y yo fui
dorado,
alegre,
veloz)
y busco algunas veces
esas piedras
chatas
y redondas
para tirar al agua
-revuelta a 87
millas sur
de esta vieja caverna
edificada
en la isla del viento
donde llevan
los hombres
a sus muertos
colgados
de la espalda
y brilla
este mal sol
más frío
que un cangrejo
entre la boca:
el parque de St James
sembrado de muchachos
y muchachas
que se enredan
como blandas culebras
bajo el aire
(y fue un desenredarme
y enredarme
sobre todos los campos
de la sal
y la arena mojada
antes de la caída
de ese Imperio).
Cuatro boleros Maroqueros
1.-
Con las últimas lluvias te largaste
y entonces yo creí
que para la casa más aburrida del suburbio
no habría primaveras ni otoños ni inviernos ni veranos.
Pero no.
Las estaciones se cumplieran
como estaban previstas en cualquier almanaque.
Y la dueña de la casa y el cartero
no me volvieron a preguntar
..............por ti.
2.-
Para olvidarme de ti y no mirarte
miro el viaje de las moscas por el aire
Gran Estilo
..... Gran Velocidad
.......... Gran Altura.
3.-
Para olvidarte me agarro al primer tren y salgo al campo
Imposible. Y es que tu ausencia
tiene algo de Flora de Fauna de Pic Nic.
4.-
No me aumentaron el sueldo por tu ausencia
sin embargo, el frasco de Nescafé me dura el doble
..... el triple las hojas de afeitar.
Tercer movimiento (affettuosso)
Para hacer el amor
debe evitarse un sol muy fuerte sobre los ojos de la muchacha,
tampoco es buena la sombra si el lomo del amante se achicharra
para hacer el amor.
Los pastos húmedos son mejores que los pastos amarillos
pero la arena gruesa es mejor todavía.
Ni junto a las colinas porque el suelo es rocoso ni cerca de las aguas.
Poco reino es la cama para este buen amor.
Limpios los cuerpos han de ser como una gran pradera:
que ningún valle o monte quede oculto y los amantes
podrán holgarse en todos sus caminos.
La oscuridad no guarda el buen amor.
El cielo debe ser azul y amable, limpio y redondo como un techo
y entonces
la muchacha no verá el dedo de Dios.
Los cuerpos discretos pero nunca en reposo,
los pulmones abiertos,
las frases cortas.
Es difícil hacer el amor pero se aprende.
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